¡Ha resucitado!

VERSíCULO

1 Corintios 15:1-8
– Ahora, hermanos, quiero que se acuerden del evangelio que les he predicado. Éste es el evangelio que ustedes aceptaron, y en el cual están firmes. También por medio de este evangelio se salvarán, si se mantienen firmes en él, tal como yo se lo anuncié; de lo contrario, habrán creído en vano. En primer lugar les he enseñado la misma tradición que yo recibí, a saber, que Cristo murió por nuestros pecados, según las Escrituras; que lo sepultaron y que resucitó al tercer día, también según las Escrituras; y que se apareció a Cefas, y luego a los doce. Después se apareció a más de quinientos hermanos a la vez, la mayoría de los cuales vive todavía, aunque algunos ya han muerto. Después se apareció a Santiago, y luego a todos los apóstoles. Por último se me apareció también a mí, que soy como un niño nacido anormalmente.

¿Alguna vez has conocido a alguien que dijera: “Creo que Jesús era una persona real, aun un hombre de Dios, pero no hay forma de que resucitara de entre los muertos? Eso es simplemente demasiado ridículo para creer.”  ¿Alguna vez has sido cuestionado por lo absurdo que es creer que Jesús está vivo? ¿Tienes una respuesta?

Jesús resucitó de entre los muertos. Veamos la evidencia. Jesús pasó 40 días después de su resurrección hablando con la gente. Jesús se apareció físicamente a María Magdalena, a los dos discípulos en el camino a Emaús, a 10 de los discípulos, y a Thomas (quien se negó a creer que Jesús estaba vivo hasta que físicamente podía ver sus heridas). Pablo escribió que Jesús se apareció a más de 500 cristianos, muchos de los cuales todavía estaban vivos para testificar. (1 Corintios 15:6)  ¡Más de 500 testigos dijeron que Jesús estaba vivo!

Santiago era el medio hermano de Jesús. No creía en Jesús como el salvador de cualquiera… hasta que Jesús se le apareció. Santiago llegó a ser un importante líder de la iglesia cristiana. Pablo odiaba todo lo relacionado con Jesús; perseguía a los cristianos… hasta que conoció a Jesús. Por el resto de su vida, Pablo viajó por todo el mundo y escribió cartas-proclamando que Jesús estaba vivo.

Los discípulos tuvieron tanto miedo la noche en que Jesús fue arrestado, que corrieron. No eran eruditos, no eran valientes, no eran audaces… hasta después de que Jesús resucitó. Por el resto de sus vidas, audazmente proclamaron las buenas nuevas de salvación de Jesús a todos. Sólo un Jesús viviendo verdaderamente podría inspirar una transformación tan radical en estos hombres.

No es una locura creer que Jesús murió en la cruz y resucitó al tercer día. Es muy lógico mirar la evidencia y decidir que Jesús se levantó de la tumba. Pero Jesús no sólo quiere que sepamos que está vivo; Jesús quiere nuestro corazón, nuestra vida, nuestro amor, todo lo nuestro.  Jesús murió para pagar por nuestros pecados. Cuando resucitó de entre los muertos, venció al pecado y a la muerte por nosotros.  ¡Aleluya, Jesús está vivo!