Yo soy el jefe.

 

Eli llega a ser el “maestro para el día” y se da cuenta de que las cosas que él quiere de sus estudiantes son las mismas cosas que él no hace cuando él es el estudiante.

 

 

 

 

TEMA

La Regla de Oro.

VERSíCULO PARA MEMORIZAR

Mateo 7:12:1 Así pues, hagan ustedes con los demás como quieran que los demás hagan con ustedes; porque en eso se resumen la ley y los profetas.

NOTAS

Mateo 7:12 que se conoce como La Regla de Oro. El hecho de que se conoce como oro muestra el valor de esta regla para la vida en el Reino. Filipenses 2:1-4 nos ayuda a comprenderlo. Aquí Pablo escribe acerca de cómo los Filipenses recibieron amor, ternura, compasión y comunión con el Espíritu cuando se unieron con Cristo y se les instó a tratar a los demás de la misma manera. Pablo dice: “No hagan nada por rivalidad o por orgullo, sino con humildad, y que cada uno considere a los demás como mejores que él mismo. Ninguno busque únicamente su propio bien, sino también el bien de los otros.” (Filipenses 2:3-4) Cuando ponemos en práctica la exhortación de Pablo en estos versículos, los estamos tratando de la misma manera que queremos ser tratados. Otro verso a considerar es Efesios 4:32: “Sean buenos y compasivos unos con otros, y perdónense mutuamente, como Dios los perdonó a ustedes en Cristo.” Dios es bondadoso, compasivo y misericordioso con nosotros, y hemos de extender estas mismas cosas a otros.

Esto puede ser especialmente difícil cuando somos el jefe. La tentación es tratar a los demás como hemos sido tratados por superiores en lugar de la forma en que hubiéramos querido que lo hicieran. Desafortunadamente esto puede suceder a los padres también. Se encuentran en patrones de comportamiento que imitan la forma en que sus padres los trataron. Y a veces estos comportamientos no son saludables. Debido a que lo hemos aprendido cuando éramos jóvenes, esto es difícil de superar. Tenemos que elegir deliberadamente hacer cosas a la manera de Dios, y no de la manera que es natural para nosotros.

PRÁCTICA

¿Escuchaste bien esta historia?

¿Escuchaste bien esta historia?
P. ¿De qué se queja Eli?
R. De su maestra.

P. ¿Qué decide hacer la señorita Acacia para enseñarle a Eli una lección?
R. Deja que Eli sea el maestro por un día.

P. ¿Cómo actúa la abuelita Gecko cuando le ayudan con el trabajo en su jardín?
R. Es mala y mandona.

P. ¿Qué aprende Eli de ser el maestro por un día?
R. Que el problema es SU comportamiento, no su maestra.

BUENA PREGUNTA

Esta pregunta es para ayudar a los niños a desarrollar un conocimiento bíblico de Dios. El propósito es ayudar a los padres a guiar la conversación hacia un entendimiento bíblico. Le recomendamos que use una Biblia abierta en esta conversación.

P. Dios nos dice que amemos a los demás. ¿Qué podemos aprender de esta historia que nos ayuda a saber cómo hacer esto?

R. La Biblia nos dice que debemos amar a los demás como a nosotros mismos (Mateo 22:37-39). Esto significa tratar a los demás como nosotros mismos quisiéramos ser tratados. Piensa en situaciones en las que nos interesa cómo nos tratan: cuando cometemos un error, cuando estamos heridos, cuando estamos desanimados. ¿Cómo nos gusta ser tratados? ¿Queremos que nuestros errores sean burlados o perdonados? ¿Queremos que nuestros dolores sean ignorados o vistos con empatía? ¿Es necesario que se nos diga que no somos dignos o necesitamos que se nos recuerde que podemos hacerlo?¿Puedes animar a alguien hoy?

¿Y QUÉ?

Si no ponemos en acción lo que escuchamos, no aprendemos, por lo que esta actividad tiene como objetivo motivar a acción lo que hemos aprendido acerca de Dios y su deseo para nosotros.
¿Hay alguien a quien tienes que tratar con más amor- un compañero de clase, un hermano o una hermana? ¿Cómo te gusta ser tratado? La próxima vez que seas tentado a estar enfadado o impaciente con alguien, recuerda esta regla y trátalos como te gustría ser tratado.

VERSíCULO

Mateo 7:12
Así pues, hagan ustedes con los demás como quieran que los demás hagan con ustedes; porque en eso se resumen la ley y los profetas.

NUESTRO LUGAR EN LA HISTORIA DE DIOS

¿Alguna vez has oído hablar de “La Regla de Oro?” ¿Sabes lo que significa? ¿Por qué es importante? Aquí está la primicia:

Jesús estaba predicando sobre el reino de los cielos a una gran multitud y dijo: “Así pues, hagan ustedes con los demás como quieran que los demás hagan con ustedes; porque en eso se resumen la ley y los profetas.” (Mateo 7:12) Esto es lo que se llama La Regla de Oro. ¿Qué quiso decir Jesús? ¿Cómo debemos tratar a otras personas?

Jesús también contó una historia para ayudarnos a entender cómo tratar a otras personas: “Un hombre iba por el camino de Jerusalén a Jericó, y unos bandidos lo asaltaron y le quitaron hasta la ropa; lo golpearon y se fueron, dejándolo medio muerto. Por casualidad, un sacerdote pasaba por el mismo camino; pero al verlo, dio un rodeo y siguió adelante. También un levita llegó a aquel lugar, y cuando lo vio, dio un rodeo y siguió adelante. Pero un hombre de Samaria que viajaba por el mismo camino, al verlo, sintió compasión. Se acercó a él, le curó las heridas con aceite y vino, y le puso vendas. Luego lo subió en su propia cabalgadura, lo llevó a un alojamiento y lo cuidó. Al día siguiente, el samaritano sacó el equivalente al salario de dos días, se lo dio al dueño del alojamiento y le dijo: “Cuide a este hombre, y si gasta usted algo más, yo se lo pagaré cuando vuelva.” Pues bien, ¿cuál de esos tres te parece que se hizo prójimo del hombre asaltado por los bandidos?” (Mateo 10:30-36)

¿Cómo vamos a tratar a los demás? Exactamente como deseamos ser tratados… con respeto… con honestidad… con amabilidad. ¿Cómo? Manteniendo una imagen del Buen Samaritano en tu corazón. Cuando estás con amigos, profesores, adultos, u otros chicos a quienes no conoces o no te gustan, recuerda cómo el Buen Samaritano se detuvo para ser amable con su enemigo. Piensa acerca de cómo deseas ser tratado, y asegúrate de que tus palabras y acciones lo reflejen.

Aquí hay otra idea: toma una regla y cúbrela con brillo o papel de aluminio para ayudarte a recordar que la regla de oro significa que queremos tratar a otros como Jesús nos trata a nosotros.